España, año 1 antes de Netflix

Con más de 20.000 películas y series en catálogo y unos 25 millones de suscriptores, Netflix ha demostrado que Internet es viable como exhibidor de cine… En Estados Unidos. ¿Y en España? ¿cómo es un mundo sin Netflix?

En la que quiere ser la manzana tecnológica de Barcelona, el 22@, se encuentra la sede de Wuaki.Tv, una plataforma que vio la luz a principios de año y que ya cuenta con casi 100.000 clientes, según su consejero delegado, Jacinto Roca. Su catálogo, que atesora más de un millar de títulos entre películas y series, quiere ser «como el videoclub de toda la vida» y centrarse en películas de estreno y series que han sido un éxito en televisión. Se apoyan en dos fondos de capital riesgo o y han pasado dos años y medio negociando derechos con distribuidoras nacionales y grandes ‘majors’ antes de dar el salto.

Muy distinto es el modelo de negocio de Filmin, nacido de la asociación entre productoras independientes españolas -Cameo, El Deseo, Tornasol Films, Golem, Avalon, Wanda Films, Vértigo, AltaFilms, Versus, Castafiore Films-, con una apuesta clara por el cine independiente y, como admite su director, Juan Carlos Tous, «sin un músculo financiero detrás». Por eso, su modelo pasa por repartir ganancias y no pagan derechos previos.

Las entidades de gestión de derechos también han intentado posicionarse en un mercado por construir. Con mayor y menor éxito. La SGAE puso en marcha en 2003 Accine.com, que permitía la descarga de películas que no se podían visionar si no se tenía una clave. El sistema resultó un estrepitoso fracaso. Egeda (Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales) puso en marcha en 2007 Filmotech, una web enfocada al visionado legal de cine español y que cuenta con más de 800 largometrajes, además de cortos y series.

Cineclick que, del mismo modo que Filmin, combina suscripción con ‘pay per view’, apuesta por una fórmula mixta y suma más de mil cintas entre películas comerciales e independientes. No son los únicos, operadores de telefonía -Movistar, Ono, Vodafone, Orange-, televisiones de pago -Digital Plus quiere abrir su videoclub para abonados a todo el público- y fabricantes de electrónica -Apple con iTunes, Sony y Microsoft con las redes de PlayStation y Xbox- han lanzado sus propios videoclubes, unos con más osadía que otros.

España no será la puerta de entrada a Europa del gigante Netflix, que ha preferido iniciar su aventura en el viejo continente desde Reino Unido e Irlanda. Pero otras empresas extranjeras de menor tamaño sí han cruzado nuestras fronteras, como la sueca Voddler, que arranca con 500 títulos en España y que ofrece, además de novedades previo pago, películas antiguas gratuitas con publicidad (un 80% de su catálogo).

El modelo español combina suscripción con pago individual por título -los precios van desde un euro hasta cinco- y todas las plataformas luchan por acortar tiempos entre el estreno en cine y la exhibición ‘online’ para luchar contra la piratería. Plataformas españolas como Wuaki o Filmin, instaladas en iPhones, iPads, Apple TV, ordenadores… luchan ahora por posicionarse en las televisiones inteligentes conectadas a Internet, que permitirán decidir qué ver, cómo y cuándo verlo desde el mando de casa.

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Whatsapp KO

El servicio de mensajería instantánea Whatsapp ha sufrido una caída que está impidiendo su correcto funcionamiento, ha informado hoy la compañía en su cuenta oficial de Twitter.

[important]«El sistema está teniendo problemas en estos momentos, estamos trabajando para restaurar el servicio y os daremos más detalles en cuanto tengamos más información sobre lo que está pasando», ha indicado Whatsapp.[/important]

La aplicación, compatible con los sistemas operativos móviles Android, iOS, Blackberry y Symbian, gestiona un flujo de mil millones de mensajes al día.

Además de chatear con otros contactos, Whatsapp permite al usuario enviarles imágenes, vídeos y archivos de audio, publicar la ubicación en la que se encuentra y describir su estado.

Siri de Apple :: El asesino de Google

El presidente de Google, Eric Schmidt, ha asegurado que el nuevo servicio de reconocimiento de voz de Apple, Siri, es una «amenaza competitiva» en el sector de búsquedas en internet. Incluso Schmidt citó a dos publicaciones que han asegurado que Siri es un «asesino de Google».

Estas declaraciones fueron realizadas por Schmidt durante la audiencia en el Senado sobre los supuestos abusos de poder del gigante de las búsquedas el pasado mes de septiembre, según recoge AppleInsider. El ex CEO de Google considera que el asistente personal Siri es un «avance significativo» en la búsqueda y podría representar una amenaza a la actividad principal de su empresa.

En ese sentido, Siri, comprado por Apple en 2010, salió a la luz en octubre como principal característica del nuevo iPhone 4S. El presidente señaló que «Siri es un desarrollo, un importante medio activado por voz para acceder a las respuestas a través del iPhone que demuestra la innovación en la búsqueda».

Competidores fuertes

Asimismo, el actual presidente de Google aseguró que su compañía tiene «muchos competidores fuertes» y a veces su empresa falla en anticipar la amenaza de esta competencia, ya que plantea nuevos métodos de acceso a la información.

En ese sentido, esta compañía compite con motores de búsqueda, tales como Bing o Yahoo!, con motores de búsqueda especializados como Amazon o eBay, con redes sociales comoFacebook y Twitter, con compañías de software como Apple o Microsoft, con aplicaciones móviles, entre otros.

Del mismo modo, el jefe de Android, Andy Rubin, rechazó Siri el mes pasado, pues no cree que los teléfonos «deban ser asistentes». Schmidt, por su parte, negó en una carta que Google tuviera una «posición dominante en el mercado de teléfonos inteligentes» apoyándose en un estudio que comparaba la tasa de éxito relacionado con la compra-búsquedas de palabras claves, situándolo en tercera posición.

Por otro lado, el informe actual ha demostrado que Android tiene la mayor participación en el mercado de los ‘smartphones’, con 43,7 por ciento en agosto. La diferencia procede principalmente de los ‘tablets’ de Apple, los cuales tienen ventaja en el mercado frente a los ‘tablets’ de Android.

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Iphone :: Fallo de seguridad que permite descargar la agenda.

Apple ha expulsado de su programa de desarrolladores a un investigador de seguridad que encontró un fallo en la App Store que permitía instalar todo tipo de aplicaciones de forma remota. De este modo, era posible crear una app aparentemente inofensiva pero que, al ejecutarse, daba a su desarrollador la opción de instalar nuevo software sin el conocimiento del usuario.

Esta no es la primera vez que el investigador, Charlie Miller, encuentra un bug en un dispositivo de Apple. De hecho, en 2008 encontró un fallo en el MacBook Air, en 2009 en Safari y en 2010 unavulnerabilidad en el sistema de mensajes de texto del iPhone. Todos los descubrimientos fueron presentados en Pwn2Own.

En este caso, no obstante, Miller pensaba dar más detalles sobre el fallo en la conferencia SysCan, que se celebrará en Taiwan. Antes había publicado un vídeo en el que mostraba el bug, pero quiso dar tiempo a Apple para solucionarlo antes de dar más información sobre el mismo.

Sin embargo, Apple no ha recibido bien la noticia. La compañía revisa cuidadosamente todas las aplicaciones que quieren aparecer en la App Store (aunque a veces tiene que retirar apps por su contenido o por ser poco seguras). En este caso, además de eliminar la aplicación, ha retirado la licencia de desarrollador a Miller, informa Forbes.

Acciones peligrosas

La aplicación creada, Instastock, podía ejecutar código sin que Apple tuviese la posibilidad de revisarlo. Así, conseguía, por ejemplo, hacer vibrar un iPhone, pero también acciones más peligrosas, como acceder a la agenda y descargarla.

Para hacerlo, la app se comunicaba con un servidor desde el que se ejecutaba este código. Y esto lo conseguía gracias a una novedad incluida en una de las últimas actualizaciones de iOS, la versión 4.3. Según explica Forbes, para aumentar la velocidad del navegador, la compañía creó una excepción que permitía ejecutar código no aprobado en una región concreta de la memoria del dispositivo.

Esta región no había sido accesible hasta el momento, por lo que Miller investigó hasta que encontró un fallo que permitía aumentar la excepción.

 

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